La figura solitaria de una muchacha sentada en un bar se revela como una metáfora de gran potencia acerca de las relaciones humanas en la sociedad contemporánea. ¿Espera esa chica a alguien ? ¿Tal vez ése alguien se ha ido, dejándola sola ? ¿Espera algo en realidad, o simplemente consume su tiempo?.
Otros cuadros presentan un viejo sentado en un porche al sol del domingo, o una mujer a medio vestir en el borde de una cama de un hotelucho cualquiera…. Siempre seres anónimos, corrientes, atrapados en un momento de ensimismamiento. La soledad según Hopper no parece una vivencia muy trágica, pero hay algo en su modo de describirla que habla del fracaso cotidiano en el vivir como de una experiencia agotadora.