Cuando Roosevelt llegó a la presidencia de los Estados Unidos, el país se despeñaba víctima de una crisis económica y social que parecía irresoluble. Millones de familias obreras y campesinas se movían de un sitio a otro de EEUU buscando trabajos eventuales que les permitieran sobrevivir.
El New Deal de Roosevelt acabó con todo eso y lanzó al país hacia una etapa de prosperidad que aún dura, y lo hizo desde una perspectiva de sensibilidad social y apoyo a los más desfavorecidos, incluidas las minorías raciales.
Unos años más tarde, el liderazgo enérgico de Roosvelt puso en juego los inmensos recursos de todo tipo de que disponían los EEUU apostándolos en el combate por la libertad y la democracia contra el nazismo.
El resultado final de la Segunda Guerra Mundial no hubiera sido el mismo sin la participación directa de los EEUU; y esta participación probablemente no se hubiera producido sin la voluntad y el impulso de Roosevelt.