Las masas parisinas entran en la Historia con el asalto a la prisión de la Bastilla en 1789. Antes de esa fecha, sin embargo, ya habían protagonizado motines, algaradas y revueltas de toda clase desde la Edad Media, al menos.
Sin embargo, es la Revolución Francesa quien da personalidad política propia y hasta un nombre colectivo a la mayoría de vecinos de la capital de Francia. Los “sans culottes”, es decir, todos aquellos que no vestían los pantalones cortos y medias de la aristocracia y de la alta burguesía, ocuparán un lugar central en los avatares de la Revolución por antonomasia.
Tenderos, albañiles, artesanos, soldados voluntarios, mujeres cargadas de hijos….en los grabados del Museo Carnavalet de París puede individualizarse el rostro de una muchedumbre que irrumpió en el escenario de la Historia por derecho propio, y que en cierta manera ya no lo abandonó nunca más.